Lejos de querer asustar hemos tratado de ser fieles a la historia del Pazo y su bello entorno.

En el escudo heráldico del Pazo, situado en el gran frontispicio barroco que culmina la puerta principal destaca la cabeza de un lobo, repetida hasta en cinco ocasiones, figura singular que hemos adoptado ahora como nuestro emblema. Son una vez más el Pazo, su arte y su historia los que sirven de fuente de inspiración para nuestro proyecto.